No lo habíamos pensado, pero es tal cual
En la época de la esclavitud en Estados Unidos, a los esclavos nuevos se les ataba una bola negra de hierro muy irregular (no era una bola perfecta), con una cadena y un grillete al pie, para que no escaparan corriendo de los campos de algodón.
Los amos, para usar un eufemismo (palabra políticamente más correcta, suena más bonito), le llamaban "BlackBerry" (cereza negra) porque se asemejaba a dicha fruta.
Ese era el símbolo de la esclavitud que decía que estaría forzado a dejar su vida hasta perecer sin poder escapar en esos campos de siembra.
En los tiempos modernos, a los nuevos empleados no se les puede amarrar una bola de hierro para que no escapen, en cambio se les da un "BlackBerry" y quedan, en forma inalámbrica, atados con ese grillete, que al igual que los esclavos, no pueden dejar de lado y que los tienen atados al trabajo todo el tiempo.
Es el símbolo moderno de la esclavitud. Gerentes, ejecutivos, directores y empleados en general tienen uno y cualquier puede ver cómo están pegados a él todo el tiempo, como adicción; en el baño, en el carro, en el cine, en la cena, al dormirse y no hay forma de escapar cuando te llama el jefe o cuando nos mandan correos.
No hay manera de decir que no te llegó o que no escuchaste porque este teléfono chismoso te avisa si llamaron y no contestaste, si tienes mensajes por leer, si los leíste y si los demás abrieron tus correos, te marca citas, horarios, te despierta, se apaga solo, se prende solo, y te permite estar idiotizado horas en Internet, mientras tu esposa, esposo, novia o novio y tus hijos y familia te reclaman porque no les pones atención.
Y ahí los ves, modernos ejecutivos que se sienten muy importantes porque "el jefe" les dio su BlackBerry para que no escapen de los campos del trabajo.
No habrían podido pensar un nombre mejor, ¿o no?
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