“Artículo elaborado por Josep Pàmies”
La Stevia es una planta originaria de Paraguay, descubierta ya hace más de un siglo por el naturalista Moisés Bertoni, y de uso milenario por los guaraníes, habitantes indígenas de Paraguay.
Esta planta, en su estado natural, es unas 20 veces más dulce que el azúcar y pronto el interés por ella creció para hacer concentrados llegando a los actuales,
300 veces más dulces que la sacarosa, sin ninguna caloría y sin ninguna contraindicación como pueden tener en cambio la Sacarina y el Aspartamo.
Pero lo más importante de esta planta es que además, consumida en hoja verde como ensalada, como golosina o bien en infusión de hoja seca, regula el azúcar de la sangre en personas con diabetes sin provocar hipo-glucemias, regula la hipertensión, la mala circulación, es diurética, reduce la ansiedad por la comida en personas obesas, evita la caries, regula el estreñimiento, se pueden elaborar dulces para diabéticos, etc...
Parece imposible que en una sola planta se puedan encontrar tantas propiedades.
Creo que es por este motivo que todavía a día de hoy en Europa es una planta ilegal, porque trastoca demasiados intereses económicos y además nos la podemos plantar en el balcón, en el jardín o en el huerto de casa.
Mi primer encuentro con la Stevia fue casualmente sobre el año 2000, cuando buscando por Internet información sobre Monsanto (multinacional farmacéutica americana que controla el 90% de las semillas transgénicas a nivel planetario) encontré la lucha de una asociación de padres de niños diabéticos muertos, que luchan contra esta multinacional a la que acusaban de haber podido causar la muerte de sus hijos como consecuencia de haber ingerido productos edulcorados con Aspartamo (patentado por Monsanto) confiados en que era un edulcorante indicado para personas con diabetes.
Al mismo tiempo que luchaban judicialmente contra Monsanto y las Autoridades Sanitarias para conseguir la prohibición de este edulcorante transgénico y tóxico, defendían la legalización de la Stevia.
En muchísimos países, Japón por ejemplo, hacía años que habían prohibido el Aspartamo y habían autorizado edulcorantes a base de Stevia, no solo por ser inofensivos, sino además por sus propiedades antidiabéticas y reguladoras de la hipertensión.
Mi lucha en aquellos momentos, como lo es todavía hoy, era ayudar a demostrar a la sociedad que los transgénicos podían ser peligrosos para la salud de las personas, un atentado a la biodiversidad y el inicio de la esclavitud de los campesinos bajo la dictadura de Monsanto.
Esta multinacional, además de criminalizar a la Stevia para evitar la competencia con el Aspartamo, producía y produce semillas transgénicas mediante las cuales contamina vía polinización todas las demás variedades de uso libre por los payeses.
Este hecho provoca, por ejemplo en la India, unos 2.000 suicidios al año de campesinos a los que -habiendo perdido sus semillas por la contaminación de Monsanto- poco a poco se les ha convertido en inviable su cultivo por los altos costes económicos.
Al depender de la dictadura de Monsanto para sobrevivir, toman la decisión de suicidarse con los mismos insecticidas que Monsanto les comercializó.
Tener esta información y quedarme tan tranquilo me hacía sentir muy incómodo, por lo que decidí junto a mi hermano cultivar Stevia, a pesar de que entonces y todavía hoy es una planta prohibida para comercialización en Europa.
Pero si te preguntas por qué el tabaco que mata es legal y el Aspartamo que siendo cancerígeno también es legal, ¿por qué la Stevia que cura ha de ser ilegal?
Era y es un razonamiento que nos permitió desobedecer unas leyes injustas, siendo conscientes de los riesgos que podíamos correr, pero al otro lado de la balanza está la satisfacción actual de haber colaborado a mejorar la salud de miles de personas con diabetis e hipertensión, a la vez que poníamos en evidencia el negocio bruto de algunas multinacionales farmacéuticas que no dudan en enfermar a la gente para provocar más negocio con nuevos medicamentos, que tampoco curarán porque curar no es negocio.
¿Por qué todavía hoy la Stevia es ilegal en Europa, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud hace un año que la autorizó como segura y beneficiosa para la Salud de las personas?
Creo que están esperando a que Coca Cola, Danone, Nestle, Roche y otras macro-empresas alimentarias y farmacéuticas tengan la producción suficiente preparada para invadir el mercado europeo y vendernos Coca Cola, yogurs antidiabéticos y complementos dietéticos con Stevia transgénica incorporada.
Pues bien, no satisfechos con apropiarse de la Stevia, ahora están modificando genéticamente las semillas de la Stevia para que solo produzca Rebaudiosid, uno de los azúcares de la Stevia sin ninguna propiedad medicinal y por contaminación polínica al cabo de unos años hace desaparecer las propiedades curativas de una planta extraordinaria que la naturaleza nos ha dado.
Para hacer frente a estos despropósitos, "Slow Food Terres de Lleida": Movimiento del que formo parte, y que lanzó la propuesta de crear una Asociación denominada "Dulce Revolución de las Plantas Medicinales": Mediante la cual pasar de una lucha individual a una lucha colectiva de mucha gente interesada en dar a conocer las propiedades de las plantas medicinales que la Naturaleza nos ofrece de forma gratuita y saludable, divulgar sistemas de autocultivo por esqueje para evitar la contaminación transgénica y compartir experiencias de curación o mejora en muchas dolencias de forma NO anónima, que la Gran Industria Farmacéutica no quiere resolver.
Gracias a la Dulce Revolución, en infinidad de lugares de todo el territorio español ya existen grupos de personas voluntarias que colaboran en la extensión del autocultivo de la Stevia y de otras plantas medicinales extraordinarias. Información que se puede encontrar en la página web de la Asociación.
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